Juan Reviriego Alía: “El paisaje no es un producto de consumo sino un regalo emocional”

Autor Consuelo López-Zuriaga Hernández-Gil

La tarde es fría para el mes de abril y los troncos de encina se consumen en la chimenea, mientras hablamos de la gran pasión de Juan Reviriego Alía: Gredos. Hace pausas estratégicas para enfatizar algunos mensajes y, de vez en cuando, da pequeños sorbos a un café que, con toda seguridad, se ha quedado frío. Fuera el viento agita las ramas de los robles y el perfil de la sierra abraza la casa. El Almanzor, con nieve en la cumbre, domina la escena. Estamos en La Vera.

Nacido en el Campo Arañuelo, este abogado adicto a la literatura de viajes, a la historia y a la montaña decidió, a raíz de su jubilación, hacer de Gredos y de su paisaje el objetivo de la incansable actividad que despliega. Para ello, ha creado la asociación Paisajes de Gredos, un proyecto destinado a descubrirnos el regalo emocional que habita en estas montañas.

Pero esta pasión no es nueva, probablemente le haya acompañado durante toda la vida. Juan creció viendo Gredos de frente, desde Oropesa, como un inmenso telón de granito que discurría más allá del Valle del Tiétar y la comarca de La Vera. Pronto sintió el magnetismo de aquellas cumbres en las que morían los horizontes abiertos de la Llanura Arañuela y, ya en su juventud, se lanzó a recorrer rutas de montaña con su hermano Miguel y un grupo de amigos. Ahora sonríe mientras se acaricia la barba canosa y, en sus ojos, se adivina la nostalgia de esos días en los que se calzaban las botas, cogían las mochilas y ponían rumbo a Los Galayos desde Guisando.

El fuego se aviva, apuramos los cafés y enciendo la grabadora. Luna, mi perra, se despereza en la alfombra sin perder hilo, y Juan continúa explicándome el misterio que encierran las montañas que nos rodean.

¿Qué te llevó a crear Paisajes de Gredos?

La idea de la asociación surgió con el fin de ordenar las diversas actividades que veníamos haciendo sobre Gredos: por un lado, rutas de montaña y senderismo y, por otro, unos ciclos de conferencias que dábamos en Candeleda y Guisando. Nos pareció que crear una asociación dedicada al paisaje de Gredos, a nivel estatal, podía cubrir un vacío, ya que no había nada parecido en marcha.

¿Es un proyecto romántico, pragmático, turístico, ecologista…?

Hay algo de romanticismo en todo esto porque es inherente al amor al territorio, al paisaje y al vínculo que se crea con él. No es turístico porque no pretendemos ese abordaje, ni tampoco es en esencia ecologista. Definitivamente, es pragmático porque queremos plasmar nuestro entusiasmo en programas que aporten cambios positivos a la sociedad del territorio de Gredos.

¿Por qué Gredos?

Aquí están mis genes y mis raíces familiares. He pasado mi infancia entre Lagartera y Oropesa, donde la presencia de Gredos es ineludible. Después, cuando me jubilé, decidí venir a vivir a una finca en esta zona del Llano Arañuelo y, con la perspectiva que ofrece esta etapa de la vida, pensé que además de escribir libros y dar conferencias, debía hacer alguna contribución con un fin más social al sistema de Gredos.

¿Urbano o rural?

Creo que ambos. No lucho, no los concibo como antitéticos. Soy urbano porque pienso que la ciudad te aporta más conocimiento y te hace libre; y a la vez soy rural porque en el campo está mi herencia vital y mi tradición.

Un lema en tu vida…

Devolver a la sociedad lo aprendido para mejorarla.

Hacer proyectos que tengan un fin social, siempre con calidad y excelencia.

¿Qué es para ti el paisaje?

Empezaría por decirte que el paisaje no es un producto de consumo sino un regalo emocional. Siempre he atesorado la impronta que nos deja la experiencia de la naturaleza como un activo que alimenta el espíritu y la capacidad de reacción ante la adversidad. El paisaje, en definitiva, nos transforma y nos inspira.

¿Ayuda a dar sentido a la vida?

Sin duda nos ayuda a vivir mejor. Miguel de Unamuno, que era un enamorado de Gredos, lo explicó magistralmente cuando afirmaba —“salgo a hacer repuesto de paisajes, a almacenar en mi magín y en mi corazón visiones de llanura, de sierra…, para irme de ellas luego nutriendo en mi retiro”. Es un patrimonio natural que acaba formando parte de nuestro patrimonio emocional.

¿Qué pretende Paisajes de Gredos?

Queremos dar a conocer el entorno natural y cultural de Gredos y que forme parte de la sociedad y de nuestras vidas. Que el paisaje se transforme en el deseo de descubrir algo real y se convierta en una recompensa y en un regalo emocional.

Además, pretendemos un abordaje integral de Gredos sin atender a límites administrativos. Gredos, actualmente, pivota sobre las provincias de Ávila y Cáceres y en cada Comunidad Autónoma el tratamiento es distinto. Nosotros queremos darle un enfoque unitario.

¿Qué actividades tienes previsto poner en marcha de forma inmediata?

Estamos desarrollando un plan de acción en torno a tres ejes prioritarios: relatos, conferencias y rutas de senderismo.

En cuanto a los relatos de Gredos, en unas semanas se publicará el primero sobre el paseo al Convento de San Pedro de Alcántara en Arenas, uno de los más bonitos de Gredos. Ha sido escrito por Consuelo López-Zuriaga siguiendo las huellas del viaje de Antonio Ponz en el siglo XVIII e ilustrado con las magníficas acuarelas de Mónica Sánchez-Robles. El objetivo es reunir a artistas de diferentes disciplinas para poner en valor un espacio, un paisaje y su capacidad de evocación.

Las conferencias darán continuidad a los ciclos online iniciados en Guisando, en octubre de 2020, donde participaron investigadores, empresarios turísticos y gestores para conocer los diferentes abordajes del paisaje. Y finalmente, las rutas de senderismo que ya están en marcha, buscan especializarse y adaptarse a las diferentes inquietudes de los senderistas.

¿Con qué apoyos cuentas y qué necesidades tienes en este momento?

Estamos en una fase incipiente y, de momento, el mayor apoyo son las cuotas de los socios y los pequeños patrocinios. También las contribuciones del trabajo de amigos y de personas que se sienten atraídas por nuestro proyecto. Pero en la medida en la que seamos capaces de diseñar programas de calidad, avanzaremos con paso firme.

¿Cómo te imaginas nuestro entorno en unos años?

Quiero pensar que no se deteriore aunque, como es obvio, el paisaje es dinámico y está sujeto a una continua evolución. Sin duda, el cambio climático es una de las variables de impacto a tener en cuenta.

¿Cuáles son los principales retos y amenazas?

Uno de los principales problemas en el sistema de Gredos es el vaciamiento del paisaje. Se disfruta de él desde fuera, se visita, se fotografía y se contempla, pero nadie vive dentro. No existen cabreros ni pastores que habiten el territorio y contribuyan a su cuidado, estableciendo un equilibrio para conservarlo. El abandono y sus consecuencias es uno de los riesgos más inminentes. Por supuesto, como ya hemos visto, el cambio climático será también decisivo.

¿Y el impacto del turismo?

Hay que intentar que el turismo no sea depredador y que tanto el senderista como el turista, entren en un paisaje para ser vivido y sentido. El paisaje no es un objeto de consumo y debemos cuidarlo. Hay que ordenar su disfrute. Ordesa, por poner un ejemplo, ya ha establecido cuotas de admisión para protegerlo.

¿Qué oportunidades ves en el contexto actual?

Es el momento de lanzar iniciativas de este estilo, que impacten en la sociedad y contribuyan a mejorarla. Tras la crisis del COVID, el estudio que se hizo en el Foro de Gredos para un Nuevo Milenio hablaba de un renovado interés por regresar a los espacios naturales. Aunque lo cierto es que tendrá que pasar un tiempo para determinar el alcance real de esta tendencia.

¿Piensas que la inteligencia artificial podrá reproducir la experiencia del contacto con la naturaleza?

Imagino que sí, que será capaz de reproducir esas sensaciones, pero he de reconocer que es un escenario que me produce cierto desasosiego… prefiero la experiencia física y el contacto real.

¿Qué nos recomiendas no perdernos en Gredos?

En Gredos todo es excepcional, pero hay dos gargantas preciosas: la Garganta de Tejea, en Candeleda, y la Garganta de Jaranda en el Guijo de Santa Bárbara. Por supuesto, la Laguna Grande, que es un clásico, pero también las Cinco Lagunas. Y finalmente, hay una ruta maravillosa, la del Piorno en Flor en la vertiente norte de Gredos.

¿Dónde pueden contactar las personas interesadas en Paisajes de Gredos y en vuestras actividades?

En nuestra página: www.paisajesdegredos.es

A través del email: asociacion@paisajesdegredos.es

Estaremos encantados de informaros sobre nuestras actividades: relatos, conferencias y rutas de senderismo por Gredos.

Consuelo López-Zuriaga

@clopezuriaga

Es escritora, su novela Quizás en otoño fue finalista del Premio Nadal 2021.

Hace unos años cambió las calles de Madrid por el bosque. Encontró un refugio y lo llenó de libros que quería leer, desde entonces, vive y escribe en La Vera.