El maravilloso mundo de las setas y los hongos.

Autor Israel Álvarez Padilla
Amanita muscaria (tóxica)

Tras el duro verano, con la bajada de las temperaturas y la llegada de las primeras lluvias, la vida despierta a nuestro alrededor. Plantas, hongos y animales lo agradecen, pronto el verde lo inundará todo. En los bosques y prados comenzará poco a poco la magia de las setas.

Boletus, níscalos, macrolepiotas, champiñones  y un sinfín de especies qué pronto aparecerán. Algunas comestibles de muy buena calidad y otras que pueden acabar con nuestra vida en cuestión de horas como: “La Amanita phalloides”. Con lo cual debemos ser cautos a la hora de recolectar si las queremos consumir. 

Las  setas no son otra cosa que los órganos reproductores del hongo que se encuentra generalmente bajo tierra y es como una especie de tela de araña: se trata del micelio.

Amanita phalloides (mortal)
Lactarius deliciosus (comestible)

Las setas son las encargadas de producir esporas, que hacen la misma función que las semillas en las plantas. Cuando encuentran unas condiciones óptimas de humedad y temperatura dan lugar a un nuevo micelio que en el futuro producirá setas.

Los hongos los podemos dividir en 3 grupos, en cuanto a su forma de vida y alimentación:

  • Saprófitos: viven sobre materia orgánica en descomposición, restos de plantas, palos, excrementos etc.
  • Parásitos: se alojan sobre algún ser vivo que les hospede, viviendo a expensas de este sin obtener ningún beneficio a cambio. Normalmente causan daño al hospedante o ralentizan su crecimiento y en algunos casos pueden llegar a matarlo si el hongo es muy agresivo.
  • Simbióticos: son los hongos que para desarrollar su ciclo de vida por completo necesitan establecer una relación simbiótica con las raíces de una planta o árbol, además se produce una unión entre el hongo y la raíz denominada micorriza. Se trata de una unión beneficiosa para ambos en la que la planta, recibe principalmente agua y minerales, mientras que el hongo recibe carbohidratos y vitaminas.
Boletus edulis (comestible)
Boletus edulis (comestible)
Boletus pinophilus (comestible)

Cuando vamos al bosque hay gran cantidad de micelios bajo nuestros pies haciendo sus funciones y cuanto mayor sea esa diversidad, más sano estará ese ecosistema y menos plagas lo afectarán, un árbol con muchos hongos asociados estará fuerte y sano.

Según los últimos estudios, se sabe que los micelios de los hongos conectan a los árboles y plantas entre sí, es lo que se denomina el Wood Wide Web, el internet del bosque. Existe una superautopista subterránea de micelio por el cual los vegetales comparten nutrientes entre sí. Cuando una planta es atacada por una plaga manda mensajes de advertencia a otras para que activen sus defensas. Cuando un ejemplar está moribundo vierte sus nutrientes a la red e incluso los árboles más grandes, llamados “Árboles Madre”, ceden nutrientes a los más jóvenes para ayudarles a desarrollarse.

Pero al igual que en internet, en esta red también existen hackers, algunas especies de orquídeas, roban nutrientes de la red sin aportar nada a cambio. También algunas especies mandan toxinas a sus vecinos para eliminar la competencia.

Existe todo un mundo bajo nuestros pies que no vemos pero que está ahí.

En La Vera y Gredos tenemos ecosistemas muy ricos y variados, Robledales, castañares, pinares, praderas, dehesas con encinas y alcornoques, bosques de ribera…, todo esto propicia una impresionante riqueza micológica por la diversidad de hábitats que debemos conocer y respetar para que las futuras generaciones puedan disfrutar de ello.

Israel Álvarez Padilla                                                                                 

Educador Ambiental                                                                                   

Guía de Naturaleza                                                                                      

Guía micológico