Tanto para las personas como para los animales, esto es un espacio mágico y creo que tremendamente sanador»
La pasión de Ana Beca por los caballos le viene de nacimiento y lo lleva en la sangre. Hija de Pedro Beca, la sevillana ha vivido rodeada de estos animales desde la infancia. Aprendió de su padre todos los secretos y encantos del mundo de la cría de caballos, ya que este era dueño de la yeguada homónima sevillana, cuyos potros se conocen como “caballos Beca”. Desde el año 2000, es Ana quien continúa en solitario la línea de yeguas heredada de su padre.
Mis yeguas son mis niñas. Cuando nace un potrito me siento como que he sido abuela otra vez”
“Lo principal era seguir con algo que había sido la pasión de mi padre. A mí me gustaban los caballos, pero lo más importante era que esto no se podía perder”, explica Beca sobre la decisión de dedicar su vida a la yeguada Pedro Beca. “Mis yeguas son mis niñas. Cuando nace un potrito me siento como que he sido abuela otra vez”, confiesa alegre, haciendo evidente el cariño y pasión que dominan su trabajo. “Me parece una maravilla lo que es la cría. El elegir el semental para cada yegua, que se quede preñada y pensar cómo será el potro, verlo nacer…” reflexiona risueña. Pero llevar una yeguada no es un trabajo sencillo y esta sevillana conoce mejor que nadie la complejidad de la tarea.
“Todas mis yeguas son de las mejores líneas posibles y son hijas de hijas, de hijas de yeguas de mi padre, seleccionadas cada vez mejor y buscando los sementales que mejor le viene a cada yegua. Aquí criamos a los potros y los preparamos para ir viendo los que son mejores. Van destinados sobre todo al salto y al curso completo. El completo es el “eventing”, una disciplina que engloba un día de doma, otro día de salto en pista y otro día de salto de cross, en el campo. Para mí, es la disciplina más completa y requiere un caballo con buenos movimientos y que haga una buena doma, que tenga buena cabeza y mucho corazón para que haga un campo bueno y que tenga técnica de salto”, explica Ana acerca de la misión de su yeguada. “Buscamos conseguir un caballo que sea bueno en las tres disciplinas. No siempre se consigue, pero yo estoy bastante contenta con los resultados que he tenido estos últimos años. Estoy muy contenta”, afirma satisfecha la criadora de los mejores caballos de deporte en España y cuya clientela sigue siendo mayoritariamente extranjera.
En 2013, la sevillana decidió darse un cambio de aires. La elección de La Vera como nueva base para su yeguada y su hogar fue una bonita casualidad que pudo darse gracias a su cuñado, dueño de una casa en Robledillo de la Vera. Lo que Ana no esperaba encontrarse aquí era una amplia oferta deportiva en torno al caballo. “Yo venía por aquí con mi cuñado, que jugaba al polo en Madrigal y Candeleda, y me quedé asombrada porque yo no conocía La Vera ni nadie me había hablado de La Vera”, recuerda aún con el asombro de esos primeros encuentros en la voz. La belleza del paisaje la cautivó de inmediato y no tardó en hacer el traslado a su actual finca en Madrigal de la Vera. “A mí me encantan estas praderas que tengo, es una alimentación estupenda y lo noto. Pero aparte de eso, lo que veo aquí es que hay unas energías bestiales. Tanto para las personas como para los animales, esto es un espacio mágico y creo que tremendamente sanador”, asegura Beca.
Pero la vida en la naturaleza extremeña no es solo contemplativa. “Me ha sorprendido la cantidad de gente, pintores, artistas, que viven por esta zona y han elegido La Vera para vivir. Estás sola en la naturaleza, pero al mismo tiempo se está moviendo el mundo cultural muchísimo, algo muy bueno que echaba en falta. Todo el mundo habla maravillas de lo bonito que es y lo bien que se vive aquí. Nunca he oído decirle a nadie que no le guste vivir aquí”, afirma con certeza. Sin embargo, admite que La Vera sigue siendo una zona muy desconocida, para lo bueno y para lo malo. Sus visitas y amigos, tanto madrileños como andaluces, no ocultan su sorpresa y maravilla cuando lo descubren por primera vez. “Cuando pongo fotos, la gente me pregunta que dónde estoy porque no se creen lo bonito que es. No te creas que es muy conocido en el mundo del caballo de deporte. Aquí se da mucho caballo de polo y mucho caballo español que se dedica a doma. Pero gente de salto hay poquísimo”. Ser pionera en descubrir la magia y posibilidades de la zona tiene también su lado más negativo.
Me encantaría tener aquí un centro de preparación de jinetes o de mozos o de personas que se quieran dedicar al mundo del caballo»
“Echo de menos profesionales del mundo del caballo. Es muy difícil encontrar profesionales para venir a trabajar a una yeguada. Y todas las personas con caballos con las que hablo me dicen lo mismo: les cuesta trabajo. Me encantaría tener aquí un centro de preparación de jinetes o de mozos o de personas que se quieran dedicar al mundo del caballo, eso sería maravilloso”, expone con cierta ilusión y expectativa. “Extremadura además está ayudando bastante. Creo que es de las Comunidades que más ayudas dan para el tema del caballo. Veo que están por la labor de la cría y la ganadería de caballos”, asegura con optimismo al reflexionar sobre el futuro tanto de su yeguada como el de la comarca que se ha convertido en su hogar. “Mi vida aquí es un privilegio, la tranquilidad de vivir en esta naturaleza tan bonita con esas montañas de Gredos… Solo puedo estar agradecida”.
Los sitios favoritos de Ana Beca
Las pozas de Garganta Tejea: “aunque no soy ninguna experta, me parecen brutales”
Excursiones a caballo: “estupendas con Sabino en Candeleda y Mario en Chilla”:
Escuela de equitación “El Carmen”, Candeleda; +34 619 03 06 93
Centro ecuestre “La Peña del Toro”; Carretera de Chilla, Candeleda; +34 649 80 70 64
Para comer: Llano Tineo: “es quizás uno de los mejores”: Villanueva de la Vera, 927 11 52 48
Clases de yoga: “El yoga, la espiritualidad… todo eso lo he encontrado aquí en La Vera”: Nayana Yoga,