Observar la bóveda celeste, es una práctica tan antigua como la humanidad aunque hoy en día no es tan sencillo debido a la contaminación lumínica. En la Vera de Gredos, tenemos la suerte de contar aún con estos valiosos rincones donde poder apreciar la belleza del firmamento. Alejándonos de los pueblos, conseguimos una oscuridad casi total. «Es uno de los primeros requisitos para distinguir los planetas y las estrellas», asegura Raúl, aficionado a la astronomía y verato de adopción. Este informático madrileño de 41 años fundó el pasado año VeraAstronomía para compartir sus conocimientos y su pasión por el cosmos con el propósito de desarrollar el astroturismo, una actividad que cada vez atrae a más público de todas las edades.
«La Vera es una comarca con muchas posibilidades para disfrutar del astroturismo. Aquí hay lugares con poca luz artificial y el cielo suele ser nítido y transparente», apunta este amante de las estrellas. Con este potencial en mente, próximamente contaremos con un Centro Astronómico en La Vera de Gredos, cerca del pueblo de Candeleda.
La cita tiene lugar un sábado a finales del mes de julio. Raúl ha escogido un lugar a pocos kilómetros de Villanueva para instalar su telescopio, por encima de la zona urbanizada de Las Solanas. Mientras espera que anochezca del todo y nos invada la oscuridad, nos explica a un grupo de unos 15 neófitos el espectáculo celeste que nos espera. Una charla amena y pedagógica que nos permite adquirir y refrescar conocimientos básicos para luego entender mejor lo que vamos a ver a través del telescopio.
Como niños curiosos, los participantes, algunos sentados cómodamente en sillas plegables con su mantita en las rodillas, siguen con los ojos bien abiertos el puntero láser de Raúl que muestra las figuras que forman las estrellas en el cielo. «En el hemisferio norte, vemos lo que se llama tradicionalmente el triángulo de verano. Son tres estrellas muy brillantes que salen desde primera hora de la noche sobre el horizonte este. Estas tres estrellas son Altair de la constelación del Águila, Deneb de la constelación del Cisne y Vega de la constelación de Lyra…», comenta Raúl, dibujando un triángulo gigante en el cielo.
El efecto es mágico. La mayoría de los asistentes se entusiasman con solo poder distinguir formas de estas constelaciones circumpolares, como el cazo o carro de la Osa Mayor o la W de Casiopea. «Si miramos hacia el sur, vemos la constelación de escorpio y su larga cola», sigue Raúl apuntando con su láser antes de poner en marcha el telescopio.
La expectativa es total. Raúl introduce las coordenadas para que el telescopio apunte a la nebulosa de la Laguna. Cada participante, armado con su propio objetivo por medidas de seguridad covid, observa a través de la lente el espectáculo del universo. Las exclamaciones se vuelven efusivas cuando uno descubre con sus propios ojos el anillo de Saturno o las cuatro lunas de Júpiter.
Mientras estamos con la mirada apuntando al cielo, aparece una estrella fugaz impresionante con una cola verde larguísima, tal vez una adelantada de las famosas Perseidas que iluminan el cielo en el mes de agosto.
Otra gran protagonista es nuestra galaxia la Vía Láctea que destaca majestuosa con el permiso de la luna. Nuestro satélite natural sigue escondido dejando su resplandor para otros momentos mágicos de las noches de verano.
Para disfrutar de las Perseidas, podéis apuntaros a las actividades de observación con telescopio que organizan VerAstronomía y la empresa AstroAfición en La Vera de Gredos durante el mes de agosto.
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